Los primeros síntomas de la osteocondrosis cervical son inespecíficos y se perciben como manifestaciones de otras enfermedades, por lo que el tratamiento de la osteocondrosis cervical se retrasa y su curso empeora. La osteocondrosis cervical es una enfermedad progresiva basada en cambios patológicos en los discos intervertebrales.
Los signos de la osteocondrosis cervical son bastante variados y dependen de las formaciones implicadas en el proceso: raíces nerviosas, arterias, venas o nervios periféricos.
Las razones más comunes para el desarrollo de osteocondrosis cervical incluyen un estilo de vida sedentario, una almohada para dormir seleccionada incorrectamente, escoliosis, traumatismos y herencia.
En la osteocondrosis de la columna cervical, se distinguen varios grados:
- El primer grado se manifiesta por compactación del disco intervertebral.
- El segundo grado se expresa en una disminución de la altura del disco intervertebral y la aparición de grietas.
- El tercer grado consiste en el estrechamiento del canal espinal.
- En cuarto grado, aparecen crecimientos óseos a lo largo de los bordes del disco espinal.
Signos iniciales
En la osteocondrosis, los primeros signos son dolor de cabeza, signos de trastornos circulatorios, dolor y alteración de la sensibilidad en las extremidades y el cuerpo.
Los dolores de cabeza aparecen cuando estás en una posición incómoda, comienzan por la mañana en la parte posterior de la cabeza y se extienden a las sienes y la frente. A menudo, este dolor se produce en un lado de la cabeza. La naturaleza del dolor es sorda, opresiva, a menudo acompañada de náuseas. Cuando la arteria vertebral está involucrada en el proceso, la naturaleza del dolor cambia: aparece un dolor ardiente en el área de la corona y las sienes. Duración desde varias horas hasta varios días, no se alivia con la ingesta de analgésicos. En algunos casos, el dolor puede cubrir toda la cabeza.
Además, los síntomas de la osteocondrosis cervical van acompañados de síntomas de trastornos circulatorios, como:
- mareos;
- manchas parpadeantes en los ojos;
- visión doble en gases;
- tinnitus;
- visión borrosa;
- náuseas;
- pérdida de conciencia.
Signos generales de osteocondrosis en la columna cervical:
- debilidad general;
- fatiga;
- modorra;
- ataques espasmódicos de aumento de la presión arterial;
- deterioro de la memoria;
- trastorno de atención;
- trastornos del habla;
- trastornos del sueño;
- irritabilidad;
- sensación de ansiedad.
El síndrome faríngeo se manifiesta por dolor, sequedad y sensación de nudo en la garganta, ronquera.
Otros signos de enfermedad
Las alteraciones sensoriales se manifiestan por "lumbago" agudo en brazos y cuello, entumecimiento de la piel del cuello y los dedos, disminución de la fuerza muscular en los brazos, entumecimiento de la lengua y movilidad limitada. Pérdida auditiva episódica o permanente.

En el costado de la nariz hay una sensación de congestión, una disminución del sentido del olfato, aparecen ronquidos durante el sueño y la persona comienza a "sonar".
El deterioro del estado de los dientes y de la cavidad bucal también puede ser un signo de osteocondrosis de la columna cervical.
La aparición de alteraciones en la inervación de la piel se manifiesta por sensaciones dolorosas al tocar el cuero cabelludo, sensación de pulsación debajo de la piel de la nuca y sensación de hormigueo.
Dolor y rigidez en la zona del cuello, que se presenta por la mañana y desaparece por sí solo cuando los músculos se calientan. A menudo, al realizar movimientos bruscos de la cabeza, los pacientes sienten una sensación de crujido en el cuello. Los pacientes tienen dificultad para levantar el brazo del lado afectado y también se observa rigidez de movimiento en los dedos.
El dolor y el ardor entre los omóplatos se confunden con osteocondrosis de la región torácica.
Por parte de los órganos de la cavidad torácica, se observa síndrome diencefálico: dolor en el área del corazón, presión a veces con ataques de pánico, asfixia, palidez de la piel y sudoración, y aumento de la presión arterial. A menudo, estos ataques se confunden con una patología cardíaca. La diferencia es que estos síntomas se intensifican según la posición del cuerpo y no desaparecen después de tomar nitroglicerina.
Se observa respiración superficial y pueden desarrollarse enfermedades de los pulmones y los bronquios, como asma y bronquitis obstructiva crónica.
En casos raros, los signos de osteocondrosis cervical son dolor en la parte superior del abdomen y en el hipocondrio, que se percibe como un ataque de gastritis, colecistitis o pancreatitis.
Los síntomas de la osteocondrosis se agrupan en síndromes: síndrome radicular, cardíaco, faríngeo, vertebral, reflejo irritativo y de la arteria vertebral.
Signos revelados durante el examen.
Las manifestaciones más comunes de osteocondrosis, que un especialista puede identificar durante el examen y palpación de la columna del paciente:
- mala postura;
- suavizar la curva fisiológica del cuello;
- asimetría del cuello;
- tensión de los músculos del cuello;
- identificación de hebras densas a lo largo de los músculos afectados;
- movilidad limitada del cuello;
- dolor de los músculos afectados a la palpación;
- Movilidad de las vértebras entre sí.
Junto con las sensaciones y el examen físico del paciente, existen signos diagnósticos de osteocondrosis cervical y se revelan sólo durante el examen instrumental.
Los signos radiológicos pueden incluir una disminución de la altura del disco intervertebral y un aumento de los agujeros intervertebrales.
Signos ecográficos de osteocondrosis cervical: estrechamiento de los canales espinales, protrusión y hernia de discos intervertebrales, disminución del flujo sanguíneo en la arteria vertebral.
Cabe señalar que a menudo los síntomas que surgen no se identifican como signos de osteocondrosis de la columna cervical, y durante mucho tiempo las personas usan un tratamiento sintomático que solo alivia temporalmente su condición. Con el tiempo, los procesos en los discos intervertebrales empeoran y pueden provocar complicaciones y consecuencias irreversibles. Por lo tanto, cuando aparecen los primeros signos de la enfermedad, es necesario contactar a un neurólogo, quien podrá reconocer los síntomas a tiempo y prescribir el tratamiento adecuado.




















